miércoles, 6 de agosto de 2008

No es bueno que los niños viajen solos

Ella, arreglando la mesa como quien espera a alguien, ensaya maneras de dirigirse al futuro comensal.
Gracias por venir, Gerardo. Espero que la cena sea de su agrado. La he preparado yo. No la he solicitado a ningún restaurante especial, como acostumbraba hacerlo en las grandes ocasiones, recuerda?... No tiene por qué inquietarse, conozco sus costumbres y para su tranquilidad los niños están durmiendo, ya. Nada perturbará nuestra cena. Su amabilidad al asistir me releva de cualquier reproche que pudiera ofenderlo o perturbarlo. Cenemos, simplemente como un amable punto final a diez hermosos años juntos... ¿ Que por qué no han bastado estos días de alejamiento para decidirme a firmar los papeles del divorcio que me hizo llegar su amigo Rodríguez; corrijo, su abogado?... ¿ Por qué no han bastado estos días de reunión en el estudio legal?... Por favor, no vaya a creer por esto que este encuentro es un chantaje. Se equivocaría profundamente si pensara en eso. Para que no haya malentendidos quiero entregarle al comenzar los papeles debidamente firmados ( Saca unos papeles enrollados y atados con una cinta azul y los pone sobre la mesa. Se arregla el cabello) Si le digo que sigo siendo tontamente romántica, va a suponer que tengo intenciones de seducirlo... ¿ Sonríe, verdad?... Usted como yo sabemos que eso es imposible ahora. La vida nos ha distanciado en cuanto a sentimientos y posesiones... Usted vive en una cómoda mansión mientras yo habito con sus hijos el pequeño departamento que también fue suyo y del que nunca pudimos salir por las permanentes dificultades económicas que nos declaraba... Por favor, no haga ese gesto que no lo invité para acusarlo de nada. Pero, en estas circunstancias comprenderá que no se puede a veces acallar las palabras que se agolpan en el corazón. No puedo dormir mis sentimientos como he logrado hacerlo con esos dos niños que no están presentes para que usted no se irrite. Pero, si pudieran estar despiertos bien sabe usted las gracias y zalamerías que intentarían hacerle a pesar de su rechazo... porque lo quieren, pues... Y el amor es así... Pero, vamos a comer. ( Comienza a servir imaginariamente ) Le contaré que en el Laboratorio me volvieron a promover. ( Ríe satisfecha. En ese momento tocan a la puerta. Va a abrir arreglándose el cabello. Es un mensajero)

Mensajero.- ( Murmullo ininteligible que termina en:) hará lo posible por venir. Que disculpe.
Ella.- Agradezco su gentileza. Pero, pudo avisar por teléfono.
Mensajero.- ¿ Alguna nota de respuesta?
Ella.- Lo que me escucho decir. Eso es todo.
Mensajero.- Bien. Permiso, señora Andrade.
Ella.- Por favor, no me llame así. Soy Alicia Miranda..
Mensajero.- Permiso, señora Miranda...
Ella.- ... Alicia
Mensajero.- ... señora Alicia...
Ella.- ...en el país de las maravillas.
Mensajero.- ( Desconcertado) ¿ Decía?
Alicia.- Nada, hijo, nada. Decía que te invitaría a cenar, si la cena no estuviera envenenada. ( Ríe como de una ocurrencia.) Espera, un momento ( Va a la mesa y corta un pedazo de pastel, lo envuelve en una gran servilleta y se lo entrega al mensajero) Para tí. Es un delicioso pastel. Cómetelo por el camino para que puedas contarle al doctor las delicias que ha dejado de comer esta noche.
Mensajero.- ( Con franca simpatía) Oh, gracias, señora Alicia. Es usted muy amable. Gracias. Permiso, nuevamente.

Alicia.- Puedes irte. (Cierra la puerta y se queda apoyada de espaldas a ella durante un instante en el que sus ojos recorren la habitación. Luego inicia un ritual en que ella es él. Habla como si ella estuviera sentada a la mesa) Alicia, no he querido hacerte daño... Pero, comprende que la vida es así. Ya no te quiero... Los niños, tus continuas exigencias de mejora. Tu malhumor. Tus insoportables crisis asmáticas. Te volviste demasiado real y perdiste el encanto del remanso que eras para mí cuando nos conocimos... Con ella trabajamos juntos y nos comprendemos a la perfección. Ella me ayuda a sentirme mejor. No me agobia con pequeñeces, como lo has venido haciendo tú estos últimos años. No me exige mirar las ollas cuando llego a casa ni ocuparme de los niños. ¡ Por que tuvimos hijos, Alicia? ¿ No fue ése un acto del más cruel egoísmo?.
En cambio, ella comprende las exigencias de mi condición de intelectual... Además, no sé por qué te estoy dando explicaciones. El amor no tiene explicación. Y en este momento de mi vida todo yo estoy ocupado por el amor. Todo yo soy amor. Sé comprensiva y dame mi libertad para culminar este amor y ser plenamente feliz al lado de la persona a la que amo tanto como te amé alguna vez. ( Se derrumba sobre la mesa y llora silenciosamente. Luego, en su gesto habitual, se arregla los cabellos con las manos y se yergue serena) Te comprendo, Gerardo, te comprendo tanto como tú no me comprendiste a mí. Te casaste conmigo para que fuera la consumidora de tus angustias, de tus pobrezas, de tus ansias de poder. Yo conocí tu ropa sucia, tu cuerpo cansado, tus enfermedades, tu tendencia malsana a no salir de casa y permanecer domingos y fiestas leyendo o mirando televisión. Jamás fuimos a bailar a ningún sitio, a pesar de que tú sabías que me gustaba tanto el baile. ¿ O tal vez nunca te diste cuenta? Eres tan egoísta. No te culpo porque yo tampoco supe reaccionar a tiempo durante todos estos años de evidente desamor. También sé que no estoy vieja y que podría comenzar sin tenerte a mi lado. Ni siquiera tengo treinta años y a algunos les parezco de cuarenta. ¿ Sabes acaso que me robaste también los rasgos de mi juventud? Me has ajado. Me has destruido. Por eso, ésta no es una separación sin rencores. Te contaba cuando llegó el mensajero (Ríe espontáneamente) Simpático chico, aunque algo tímido. Te contaba que me ascendieron en el Laboratorio Ahora soy Jefe del Departamento de Tóxicos y Venenos. La verdad es que su nombre técnico es otro. Pero así se entiende más la elaboración de pesticidas y venenos para alimañas... ( Brusca) Tú también eres una alimaña, Gerardo, debería darte lo que a ellas... No me sería difícil convertir esta cena en una cena macabra. ¿ Y si de repente en estos insoportables días finales de nuestra vida te he venido envenenando poco a poco? No se sienten los efectos inmediatamente, sabes? Como las ratas con el Racumín, hay que darles confianza para que todas puedan comerlo. Pero, no tienes de qué preocuparte, no he calculado matarte sino matarme yo delante de tí, terminar de morir ante tus ojos. Al no venir me has atrasado la partida de un viaje al que ya envié imprudente por adelantado a nuestros hijos. ¿ Es esa la libertad que me pedías? Pues, aquí está. ¿ Reparas que todos los potajes tienen dos colores ? El mío y el de los niños y el de tu felicidad. Sigue viviendo, nosotros nos vamos. ( Comienza a comer y a beber ritualmente. Saca un papel y comienza a leerlo como quien constata que esta bien escrito) Cúlpese de mi muerte al doctor Gerardo Andrade y hágase pública su presión moral para que me entregara a este fin conjuntamente con mis pequeños hijos. Esto se debió a que yo me opuse a que él y su secretaria estafaran a la señora Mónica Solari Del Busto, anciana millonaria a quien Gerardo ha seducido con torvos fines de utilizar su dinero para la campaña de elecciones municipales en las que aspira a ser alcalde. Lamento mucho no haber tenido valor para oponerme a este suicidio y asesinato de mis hijos. Pero, no teniendo familia, ¿ a quién podría haber dejado estos niños si su padre es un ególatra y no los quiere ni nunca los quiso. Porque los amo, antes de condenarlos a una vida llena de sufrimientos y miserias, como ha sido la mía, yo que los traje al mundo plena de ilusiones, me los llevo con mi desilusión. Ojalá que el asesino reciba el castigo que merece. Los cauces de la justicia de los hombres distan mucho aún de brindar estas compensaciones. Pero, Dios que existe a su manera tal vez decida responder por mí y darme el amparo que nunca nos dio mientras vivimos. Ahora me retiro, voy al dormitorio a acompañar a mis hijos.( Se sirve una copa de vino y brinda con la habitación) No es bueno que los niños viajen solos. (Sala arreglándose el cabello como bien la conocemos).
APAGON

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