viernes, 9 de agosto de 2013


LA PROFESIÓN DEL ACTOR

Finalidad de la profesión del actor

La profesión del actor tiene como finalidad componer en un todo coherente y significativo las “presencias escénicas”que dan sentido al hecho teatral. La base material donde se efectúa y desde donde se proyecta esta composición es el espacio teatral, marcado por la asistencia del público congregado allí por cita o convocatoria al paso. El lugar de la cita puede ser un local específico o especialmente construido para esta finalidad, o cualquier espacio abierto o cerrado de la localidad, seleccionado. Su única exigencia es que permita cumplir con los requerimientos de la experiencia a compartir.

De la composición de las presencias escénicas

El elemento dinámico y axial del hecho teatral es el actor. El actor es el artista creador y realizador de las acciones. Estas acciones traducen críticamente un complejo de relaciones, poéticamente concebidas, entre los seres humanos en un contexto social o con su contexto social (histórica y geográficamente determinado).

El medio de expresión o elemento sensorial esencial del arte teatral es el comportamiento o conducta social; único referencial observable por los demás del desempeño o actuación individual en sus relaciones interactiva y comunicativa.

El actor debe dominar los medios expresivos que le permitan presentar o representar los indicadores objetivos del comportamiento o conducta de los personajes. Para el efecto, el actor debe:

  • Dominar la capacidad de interiorización y exteriorización mediante tareas de concentración y expansión.
  • Construir su cuerpo desde adentro y afirmarse colectivamente, porque el teatro es un trabajo de equipo.
  • Integrar cuerpo y voz, desde muy temprano, hasta alcanzar el pleno dominio corp-oral.
  • Aprender a dialogar con las cosas del mundo. Esto es, observar identificándose o asumiendo lo observado. El artista no observa la realidad para imitarla sino para poetizarla, esto es, interpretarla, para extraer de sus fenómenos particulares ideas generales sobre la vida de los seres humanos, para develar lo que simbolizan.
  • Entregarse a las atmósferas y al ritmo de los diferentes ambientes sociales.
  • Aprender a incorporar imágenes y a tratar su actuación como una imagen.
  • Cultivar la energía expandiéndose o concentrándose desde los centros fundamentales del impulso.

La composición de los detalles, fundamento de la metáfora escénica

En la composición del personaje teatral no se considera la totalidad del universo conductual sino que se le constriñe a la fijación de datos referenciales somáticos, psíquicos, sociales y antropológico-culturales, sin dejar de lado los históricos, económicos y ambientales que constituyen detalles que dan consistencia a la composición. Son los detalles  los que dan acceso a la expresión metafórica y tiñen de poesía a las situaciones y a los personajes.

En buena cuenta, no debe excluirse del diálogo la relación con el espacio y los objetos. La escenografía, la iluminación, el vestuario, la utilería de ambiente y de mano, la música y efectos sonoros deben ser tratados como componentes de la actuación y no como marco de la misma. Esta es la razón por la que sugerimos que, para integrarlas, se les reconozca como “presencias escénicas”, porque son sus relaciones formales las que dan sentido a la obra teatral.

La dura disciplina de la profesión de actor

Todo lo expuesto reclama perentoriamente la entrega absoluta a las exigencias de la profesión:
  • concentración de propuesta y esfuerzo sostenido hasta la perfecta realización,
  • adición permanente de valores y excelente selección crítica,
  • repetición y fijación de lo logrado,
  • proceso permanente de prueba, cuestionamiento y consolidación,
  • estar atento para eliminar los lugares comunes y crear estímulos innovadores,
  • adquirir una sólida cultura general y especializada y establecer un compromiso sensible con la realidad,
  • habituarse a penetrar en la revelación del ser que las formas de la realidad simbolizan.
  • Dialogar con la dimensión invisible de la realidad.

Cultivar la capacidad de percibir lo imperceptible…

v No se puede vivir plenamente sin meditación.
v Hay dentro de cada uno de nosotros una fuerza vital invisible, pero cognoscible
v Somos como nos pensamos. Porque somos dueños de nuestros pensamientos.
v No hay límites para el artista. El arte puede ir más allá de la lógica.
v El mundo de las formas puede ser experimentado más allá de los sentidos (extrasensorialmente)
v Hay que sentir veneración por la vida y responsabilidad por los seres del multiverso.
v Hay que estar atento a los niveles mágicos de la realidad.
v No estamos nunca solos. Compartimos con todos la condición humana.
v Preparado significa dispuesto. Cuando estamos dispuestos somos capaces de escuchar a nuestro propio maestro interior.
v El maestro está en todas partes. Habla en las cosas del mundo a quien está dispuesto a escucharlas.
v Nuestra esencia es ser luz. Nosotros somos el milagro.

Serás artista cuando percibas los que los demás son incapaces de percibir. Tú los ayudarás a percibir tus hallazgos…


Un actor debe aprender a ser visto, a ofrecerse a la mirada del público como alguien digno de recordar. Las presencias escénicas que personifica deben mostrarse a los espectadores con perfiles inquietantes muy bien diseñados o sugeridos. Todo se compone desde su corp-oralidad.

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