En toda aproximación al arte teatral destaca evidente su esencia humanística, distinción que es corroborada por la práctica y apreciación frecuentes del teatro. Se puede decir que en toda su historia en el mundo entero todas las teorías, reflexiones, evoluciones, problemas y soluciones del arte escénico giran en torno a la valoración de esta humanidad esencial. Una proposición, que sintetiza muy ajustadamente esta condición, es la que lo describe como "el arte del hombre, por el hombre y para el hombre".
Así como de la pintura se dice que es el arte del color; o de los sonidos, la música. Del mismo modo que la poesía es caracterizada como el arte de la palabra; o del movimiento corporal, la danza. El teatro es el arte del hombre. Si bien, todo lo que aparece en las expresiones artísticas se humaniza, se valora desde la escala humana, en el teatro este mecanismo se hace redundante por la presencia misma de los seres humanos sobre la escena. No es el teatro arte de los objetos animados, como es el caso de los Títeres; ni del ser humano moviéndose expresivamente en el espacio, como en la danza; no es, como en el cine, imagen cinética captada de la realidad o diseñada especialmente. Sin embargo, el teatro puede auxiliarse de los medios expresivos de todas las artes porque a la estética teatral "nada humano le es ajeno". Esto se debe a que es un arte que ha elegido como elemento sensorial principal de su expresión el indicador más evidente de la condición existencial y social de la humanidad: las relaciones humanas, el comportamiento interrelacionado de los individuos en la sociedad, la confrontación de conductas. El núcleo de toda acción teatral es las relaciones que se establecen entre los personajes en una situación determinada.
Por ser el comportamiento humano el medio de expresión de lo teatral, cualquiera que sea el sustituto analógico que lo represente: animal, muñeco u objeto, el instrumento encargado de configurarlo será siempre el hombre mismo. En el arte dramático el ser humano asume la representación de sus propias acciones; razón por la que se denomina actor (actriz) al artista encargado de realizarlas. El teatro es el arte del hombre, por el hombre. El actor (actriz) es el medio y el instrumento de esta representación.
La base material sobre la que se desenvuelven estas relaciones de conducta es el espacio escénico, lugar al que asiste o en el que es congregado un núcleo de personas representativas de la sociedad: el público. El público es testigo en el espacio escénico del testimonio de algún aspecto de su condición existencial y social. Aspecto que es propuesto intencionalmente para suscitar una inquietud o transmitir una visión del mundo. Se asiste al teatro para presenciar que algo significativo digno de memoria le sucede a algunos seres humanos en algún lugar. Se aprecia así el teatro como una estructura espectacular cuya unidad orgánica en funcionamiento es articulada por una acción rectora. El teatro es un relato de acontecimientos humanos que se suceden ante los ojos de los espectadores, en presencia y en presente. Es un arte del hombre, por el hombre y para el hombre.
Como la vida humana a la que estéticamente representa, es también el teatro arte del acontecer, del devenir; todo en él es transcurso, cambio, transformación, cumplimiento de un destino. Todos sus elementos, independiente y solidariamente, están sujetos a un proceso diacrónico significante que apunta a un sentido.
La interdependencia de todos los elementos es recíproca: se organizan en función del sentido al que apuntan pero, este sentido a su vez, es consecuencia de la manera cómo se organizan estos elementos. Todo está condicionado por:
Así como de la pintura se dice que es el arte del color; o de los sonidos, la música. Del mismo modo que la poesía es caracterizada como el arte de la palabra; o del movimiento corporal, la danza. El teatro es el arte del hombre. Si bien, todo lo que aparece en las expresiones artísticas se humaniza, se valora desde la escala humana, en el teatro este mecanismo se hace redundante por la presencia misma de los seres humanos sobre la escena. No es el teatro arte de los objetos animados, como es el caso de los Títeres; ni del ser humano moviéndose expresivamente en el espacio, como en la danza; no es, como en el cine, imagen cinética captada de la realidad o diseñada especialmente. Sin embargo, el teatro puede auxiliarse de los medios expresivos de todas las artes porque a la estética teatral "nada humano le es ajeno". Esto se debe a que es un arte que ha elegido como elemento sensorial principal de su expresión el indicador más evidente de la condición existencial y social de la humanidad: las relaciones humanas, el comportamiento interrelacionado de los individuos en la sociedad, la confrontación de conductas. El núcleo de toda acción teatral es las relaciones que se establecen entre los personajes en una situación determinada.
Por ser el comportamiento humano el medio de expresión de lo teatral, cualquiera que sea el sustituto analógico que lo represente: animal, muñeco u objeto, el instrumento encargado de configurarlo será siempre el hombre mismo. En el arte dramático el ser humano asume la representación de sus propias acciones; razón por la que se denomina actor (actriz) al artista encargado de realizarlas. El teatro es el arte del hombre, por el hombre. El actor (actriz) es el medio y el instrumento de esta representación.
La base material sobre la que se desenvuelven estas relaciones de conducta es el espacio escénico, lugar al que asiste o en el que es congregado un núcleo de personas representativas de la sociedad: el público. El público es testigo en el espacio escénico del testimonio de algún aspecto de su condición existencial y social. Aspecto que es propuesto intencionalmente para suscitar una inquietud o transmitir una visión del mundo. Se asiste al teatro para presenciar que algo significativo digno de memoria le sucede a algunos seres humanos en algún lugar. Se aprecia así el teatro como una estructura espectacular cuya unidad orgánica en funcionamiento es articulada por una acción rectora. El teatro es un relato de acontecimientos humanos que se suceden ante los ojos de los espectadores, en presencia y en presente. Es un arte del hombre, por el hombre y para el hombre.
Como la vida humana a la que estéticamente representa, es también el teatro arte del acontecer, del devenir; todo en él es transcurso, cambio, transformación, cumplimiento de un destino. Todos sus elementos, independiente y solidariamente, están sujetos a un proceso diacrónico significante que apunta a un sentido.
La interdependencia de todos los elementos es recíproca: se organizan en función del sentido al que apuntan pero, este sentido a su vez, es consecuencia de la manera cómo se organizan estos elementos. Todo está condicionado por:
* Lo que sucede y cómo sucede,
* Entre quienes sucede,
* Dónde y cuándo sucede, y
* Ante quienes sucede.
* Lo que sucede y cómo sucede es la historia y su trama. En el teatro, el argumento, fábula o historia de las relaciones entre los personajes adquieren sentido dentro de un ordenamiento o trama.
* Entre quienes sucede, son los personajes o presencias actuantes. Los comportamientos o conductas de los personajes o presencias actuantes constituyen ideas-fuerza que corresponden a las necesidades de la trama u ordenamiento de la fábula. Se presenta así ante el público un encadenamiento de sucesos en los que se confrontan conductas, una serie de acontecimientos en los que se interrelacionan comportamientos. Los personajes o presencias actuantes son los agentes que asumen estos comportamientos. Los personajes o presencias actuantes corporizan la acción.
* Dónde y cuándo sucede son las circunstancias de lugar y tiempo. Los requerimientos de ubicación de los acontecimientos determinan los diferentes ambientes necesarios para el desarrollo de la historia.
* Pero todo esto se hace de manera viva y directa; es un espectáculo que necesita testigos presenciales de los acontecimientos. Estos testigos conforman el público. El público en el hecho teatral no es un ente ajeno o agregado del que se puede prescindir; es un elemento esencial y su presencia es condición de existencia del arte teatral, el cual se compone siempre en función de los espectadores. Para que el teatro exista algunos seres humanos deben ser testigos de que algo memorable acontece a sus semejantes representados por otros seres humanos. Aun en las performances que funcionan como intervenciones sobre el espacio social, sin previo aviso, el compromiso del arte teatral con el hombre es anterior, concurrente y posterior a su ejecución.
El teatro, en cuanto arte, es una composición de imágenes escénicas. Estas imágenes se fundamentan en la rebeldía humanista esencial del arte teatral y se proyectan al espectador como una docencia de humanidad. Cumple así el teatro una función recreativa y optimista que permite al hombre contemplar su devenir con la posibilidad de intervenir sobre sus hechos y costumbres para reflexionar sobre ellos y, de ser posible, mejorarlos.
Los temas y asuntos del teatro varían al compás de la historia. Por eso se dice que el teatro ofrece el perfil histórico del hombre. Es una fuente de identidad y de cuestionamiento de los aspectos por superar en el orden establecido. Su temática esencial es el inconformismo y su función es siempre contestataria. Testimonio activo de las tendencias de una época, fuente de identificación nacional. Por aspirar, desde visiones de los seres humanos, a la superación de los seres humanos: El teatro es el Arte del Hombre.
El teatro, en cuanto arte, es una composición de imágenes escénicas. Estas imágenes se fundamentan en la rebeldía humanista esencial del arte teatral y se proyectan al espectador como una docencia de humanidad. Cumple así el teatro una función recreativa y optimista que permite al hombre contemplar su devenir con la posibilidad de intervenir sobre sus hechos y costumbres para reflexionar sobre ellos y, de ser posible, mejorarlos.
Los temas y asuntos del teatro varían al compás de la historia. Por eso se dice que el teatro ofrece el perfil histórico del hombre. Es una fuente de identidad y de cuestionamiento de los aspectos por superar en el orden establecido. Su temática esencial es el inconformismo y su función es siempre contestataria. Testimonio activo de las tendencias de una época, fuente de identificación nacional. Por aspirar, desde visiones de los seres humanos, a la superación de los seres humanos: El teatro es el Arte del Hombre.
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