martes, 22 de julio de 2008

Breve Historia del Teatro Peruano 2

Emancipación: Siglo XIX

La primera obra del Perú Independiente es Los Patriotas de Lima en la noche feliz, estrenada el 1 de Agosto de 1821.

Labor significativa le cupo en los albores de la república a don Félix Devoti, Censor y Director del Teatro de Lima. Una de sus más importantes sugerencias en pro de la dignificación del Teatro Nacional fue la que motivó que el 31 de Diciembre de 1821 el Protector del Perú, Don José de San Martín hiciese oficial que. El arte escénico no irroga infamia al que lo profesa; los que ejerzan este arte en el Perú podrán optar a los empleos públicos y serán considerados en la sociedad según la regularidad de sus costumbres, y a proporción de los talentos que posean; los cómicos que por sus vicios degradaran la profesión , serán separados de ella.

En el siglo XIX y principios del XX se mantendrá una gran afición por el teatro en Lima. No sólo por asistir a los teatros sino por la realización de representaciones caseras con ocasión de las tertulias familiares.

El Costumbrismo de Manuel Ascencio Segura y Felipe Pardo y Aliaga
La búsqueda de un tono local que no duplicase el teatro de aliento peninsular heredado de la colonia y el desarrollo de la comedia de costumbres, dará paso al Costumbrismo teatral peruano de Felipe Pardo y Aliaga y de Manuel Ascencio Segura, aceptados como nuestros clásicos. Sus enfoques críticos de la vida nacional corresponden a dos orientaciones que reflejan en cierto grado la extracción social y procedencia de los dos autores.

Felipe Pardo y Aliaga (Lima 1806-id. 1868), educado en España con Alberto Lista, y de ideas conservadoras. En Frutos de la Educación (1828) revela, a través de una intriga central de corte galante, los intereses económicos y los prejuicios culturales y de identidad en la naciente república así como una clara censura al mestizaje y a la relación entre grupos sociales. En Una huérfana en Chorrillos y en Don Leocadio y Aniversario de Ayacucho, escritas cinco años después insistirá sobre la necesidad de ver con ojos progresistas la vida nacional. Un artículo periodístico escrito con ocasión de su partida a Santiago de Chile, Un Viaje, ha merecido interpretaciones unipersonales como la del gran actor peruano Carlos Velásquez, que creara un Niño Goyito inolvidable, en la década del cincuenta.

Manuel Ascencio Segura y Cordero (Lima 1805-id. 1871), ex Sargento Mayor del ejército patriota, luego de integrar la facción realista hasta la batalla de Ayacucho, nos brindará un teatro de corte diferente. Inscrito en la mejor tradición de la sátira y la crítica criollas. Aunque cultivó el teatro histórico, son sus comedias las que lo han consagrado como el "Padre del teatro peruano". En sus obras El Sargento Canuto(1839), La saya y el manto, La moza mala, Ña Catita (1856) , Un Juguete, El Santo de Panchita (escrita con don Ricardo Palma), Las Tres Viudas (1862), Lances de Amancaes, El Cachaspari, desfilan costumbres y personajes populares y de la clase media de una Lima todavía provinciana y no tan santa, en la que alternan prejuicios, intereses mezquinos, una visión extrajerizante, la prepotencia militar y la hipocresía, en el marco de la sana alegría de nuestras fiestas populares. El Sargento Canuto se inscribe en la mejor tradición de la comedia de crítica a las profesiones como el Pirgopolinices de El Soldado Fanfarrón, de Plauto. Ña Catita, recuerda a la trotaconventos de la tradición hispana.

Otro escritor importante de este período es Juan de Arona (1839-1895), seudónimo de Pedro Paz Soldán y Unanue. Son obras suyas El Intrigante Castigado (1867), Más menos y ni más ni menos (1870), mimeografiadas por el Servicio de Publicaciones de la Escuela Nacional de Arte Escénico. De Abelardo Gamarra, el Tunante (1850-1924) este servicio publicaría Ir por lana y salir trasquilado o Casas del tiempo (1892). Del dramaturgo e historiador Manuel Moncloa y Covarrubias, Cloamón (1859-1911), se publicó su informe sobre El Teatro en Lima (1909). A este autor debemos las principales investigaciones teatrales sobre el teatro finisecular del XIX y albores del Siglo XX hasta 1910: De Telón Adentro (1891), Diccionario Teatral del Perú (1905) y Mujeres de Teatro (1910).

El costumbrismo continuará teniendo cultores durante el siglo XX. Algunas obras de Sebastián Salazar Bondy podrían incluirse en esta lista como Dos Viejas van por la Calle, El Fabricante de Deudas, Ifigenia en el Mercado y La Escuela de los Chismes.

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