lunes, 1 de septiembre de 2008

Epístola a la gente de teatro del Perú

Lima, Noviembre del 2000

Hombres y Mujeres de Teatro del Perú

Estimados compañeros, colegas, camaradas, hermanos:

Por amable propuesta de la Comisión Organizadora del Taller Nacional de Teatro, me ha correspondido ser el Coordinador General. Al cumplir 50 años de actividad teatral, mejor celebración no habría podido tener que esta deferencia que me honra y me obliga a brindarles mi óptimo personal.

Del 11 al 17 de Febrero del 2001, se realizará nuevamente un Taller Nacional de Teatro en Villa El Salvador (TNT), organizado esta vez por el grupo Arena y Esteras , a quien se ha encomendado la delicada responsabilidad de ser nuestro anfitrión. El tema propuesto es: "Interrelación y orientación dialéctica de las grandes tendencias del teatro al iniciarse el Siglo XXI". Durante su desarrollo se intentará vincular a representantes seleccionados del movimiento de teatro peruano con las principales corrientes de formación del actor y creación del personaje del Siglo XX, tal como las han asimilado a su trabajo, directores de Lima y provincias que, por su trayectoria, son hoy reconocidos como maestros del teatro en nuestro país. Sin embargo, no pienses que esta elección será unilateral o de cúpula. La encuesta que se te está entregando en la Muestra Nacional, en Arequipa, tiene por objeto poder considerar las proposiciones de todos y llegar a un Taller verdaderamente generado desde las inquietudes generales y particulares de los hombres y mujeres de teatro del Perú.

El eje del trabajo en el TNT serán las técnicas de actuación y composición del personaje, actividad medular en la creación escénica, pues es la única que posibilita la verticalidad artística del texto teatral, cualquiera que sea su forma y proceso de producción.

Un hombre de teatro contaba que mirando actuar en oriente a dos actores, padre e hijo, igualmente geniales, veía al público aplaudir más al padre que al hijo, Cuando él comentó esto como una falta de objetividad, alguien del público le hizo notar "Mire bien. El padre ya no suda". Hay, pues, una armonía del esfuerzo que se adquiere con los años. Cuando se llega a ese punto hombre-arte y vida son uno. Al comienzo, como en la poética de Juan Ramón Jiménez, se piensa que al arte hay que vestirlo con los más extraños ropajes y lo rodeamos de una parafernalia espectacular. Con el tiempo comprendemos que la mayor intensidad del amor se da ante la desnuda presencia de lo amado, despojado de todo y sin embargo, esencial y profundo.

Habitualmente se escucha decir que "nunca se acaba de aprender". Y esta afirmación la sentimos casi anecdótica en la juventud. Sólo con los años se comprende la profundidad y verdad de su aserto. Se sabe que los maestros de artes marciales, siempre guardan un golpe secreto, para sí y sus alumnos muy dilectos. Posiblemente, esto haga sentirse muy poderoso al maestro de artes marciales; no así a los maestros de teatro que, como cualquier artista saben, que no hay secreto del oficio que no termine por ser descubierto por el alumno, el día que éste aprende a escuchar a su maestro interior.

Para una de las obras que dirigí, la actriz tuvo que aprender a manejar la katana. Esta arma blanca japonesa es tan afilada como una navaja de afeitar y el menor roce produce heridas. Como es lógico, el entrenamiento se hace con un arma de madera que la simula. Hay dos principios de la katana que el actor debiera recordar. Esta arma, a diferencia de la esgrima occidental, no exige mucho movimiento; antes bien, reclama una total quietud mientras se la sostiene, y se mira fijamente al adversario. Sólo se intenta atacarlo cuando éste pestañea. Antes de cada asalto, los contrincantes únicamente se miran a los ojos. No se mira el arma, porque se demostraría temor al objeto; y no se mira parte alguna del cuerpo del oponente porque se denunciaría el lugar adonde se piensa atacar. Igual es la técnica del actor, el objetivo es su perfeccionamiento físico y creativo para aplicarlo a la composición del personaje. Durante esta etapa no se piensa en el público, porque sería demostrar que buscamos un lucimiento personal; y no se piensa en el éxito de la obra, porque sería envanecerse en el intento o deprimirse antes de los hechos. Pues bien, en el TNT se abordará este aspecto, y otros relacionados con la Ética Teatral y la Deontología del Profesional de Teatro.

En los años setenta se hablaba, se soñaba, se desautorizaba con la cantilena del teatro político. Hoy, parece olvidado y sin embargo sigue tan presente como antes, porque nunca el teatro verdadero puede dejar de ser político. Arte político, no panfleto político, que finalmente nada tiene de artístico, ni de político. El Teatro es un espacio de resistencia y reflexión; sin fantasías escapistas pero sí lleno de utopías que nos devuelven el derecho a soñar con un mundo mejor, fortaleciéndonos para impedir que nos deprima la frustrante realidad.

La caída del muro de Berlín no terminó con ninguna de las razones que llevaron a construirlo. Continúa la miseria, el abuso y la explotación en el mundo, seguimos escindidos profundamente en países pobres y ricos. Y la brecha es cada día mayor. Una vez más la realidad ha superado toda ficción y los políticos y poderosos del mundo han establecido frente al realismo mágico del arte el realismo cínico del público reconocimiento de sus delitos, de los cuales son declarados inocentes por jueces que han renegado de la justicia y han hecho de la ley escrita una trampa que permite eludir la evidencia moral. Se unen a este cinismo, las actitudes canallescas de los hombres y mujeres de la mayoría gobiernista, genuflexos, obsecuentes, desalmados, prepotentes, como alarmante indicador de la inmoralidad triunfante. La desinformación ejercida mediante la nefasta cultura del titular a través de pasquines a cargo de periodistas que ejercen su profesión como "el más vil de los oficios", sin recordar que esta llamada a ser " la más noble de las profesiones", han creado una épica del gangsterismo donde permanentemente triunfan los delincuentes, y de la que participan irresponsablemente algunos intelectuales peruanos emblemáticos y de prestigio. Hoy se vive haciendo concesiones al sistema. Frente a esta realidad, recordemos que "el teatro es el último reducto ecológico de la dignidad humana", como dice Mario Delgado, y debemos hacer del TNT un espacio de confluencia ética y estética que contribuya al fortalecimiento de ese bastión de resistencia que siempre fue el teatro peruano.

Para que esta propuesta alcance su plena madurez artística, es necesario que hagamos una unidad del perfeccionamiento técnico y el ejercicio ético de la profesión. Aconseja el maestro Charle Dullin en Recuerdos y Notas de Trabajo del Actor; libro en el que plantea también el hoy tan difundido recurso de composición del personaje a base de los ritmos y la plástica de un animal:
La insinceridad es el veneno. A su lado está el antídoto. Lo primero, mientras tienes la tez fresca y la conciencia limpia, es imponerte una formación artística sólida. No creerte genial, antes de tener talento. Acostumbrarte a observar, a ver y a escuchar. Vivir muy cerca de los hombres, evitando el influjo de sus juicios superficiales. No escuchar los consejos de camaradas agriados o simplemente advenedizos. Sobre todo, convéncete que no hacemos ningún sacrificio sirviendo a los verdaderos poetas, a los grandes genios dramáticos: son ellos los que nos honran al admitirnos en su compañía. Sé duro contigo mismo desde el principio. No hay excusa, no hay perdón, no hay absolución para los artistas fatuos. Se lo que se es, lo que se hace uno con voluntad, con firmeza"

En la Edad Media se adquiría un oficio desde el nivel de "aprendiz", en el Taller de un Maestro. Cuando se dominaba los secretos del oficio se pasaba a ser "oficial"; cuando el oficial alcanzaba voz propia, salía para formar su propio taller, pues ya era un "Maestro". Así era en el teatro, antes del siglo XX. Uno se iniciaba en una compañía de teatro como "meritorio". Después le daban pequeñas intervenciones o "bocadillos", con lo que pasaba a ser "partiquino". Los partiquinos ascendían a actores de reparto, galanes, damas jóvenes y así paulatinamente hasta llegar a primer actor o primera actriz. Pero, desde las experiencias del teatro de conjunto del duque Saxe Meiningen y de André Antoine los hombres de teatro comenzaron a plantearse bases más sólidas para el aprendizaje de su arte.

Así llegaron los Creadores del Teatro Moderno, al decir de Galina Tolmacheva. El Teatro Actual no es reductible a ninguno de ellos en especial, se presenta como la interrelación dialéctica de todos y cada uno de sus aportes. Santo Tomás advertía: "Temed al hombre de un solo libro". Lo mismo podría decirse del artista que conoce un solo método. De allí que se está invitando a maestros peruanos que han estructurado su metodología personal de trabajo, por contacto directo o indirecto con estas experiencias, durante su fecunda trayectoria. Ojalá que su tiempo y compromisos les permita acompañarnos. En todo caso, aunque no estuviesen todos los que son, trataremos de que sean todos los que estén.

No dudes que la fiesta será muy animada y no habrá tiempo para tragos, para parrandas, ni siquiera para hacer el amor. Días de energía total concentrada, y posteriormente un obligado seguimiento para que se multipliquen los logros. Pues, al retornar a tu lugar de origen, deberás organizar un Taller, a partir de lo aprendido. Tampoco vendrás a él con las manos vacías, pues te estamos solicitando hagas el esfuerzo de recolectar el mayor número de datos sobre la historia del teatro en tu lugar de desarrollo. Y ésta es una condición obligatoria para ganar el derecho a asistir, que tendrás que enviar a la Comisión para confirmar tu venida.

Sea el TNT un detonante participativo para:
comprometerse,
echar profundas raíces,
airearse y proyectarse al futuro,
hacer un balance reflexivo y reorientarse,
comunicarse, conocerse, enriquecerse mutuamente.

Dos cuerpos con sus almas aprisionadas caminaban por el bosque tenebroso de la vida. Al detenerse en un claro del camino se encontraron sus miradas. Por ellas comprendieron que se amaban. Tan fuerte era la emoción que los unía que, desde el bosque tenebroso de la vida, comenzó a irradiarse una luz excepcional que sorprendió a los mismos dioses. Intrigados por el inusual fenómeno, se asomaron para averiguar la causa y descubrieron a estos dos seres en silencioso diálogo sensible. Fue entonces, que decidieron concederles un milagro. Por un segundo de sus vidas les permitieron que el alma de uno pasase a ser la del otro, de tal manera que en breve instante comprendieron y sintieron directamente la sinceridad de su mutuo amor. Cumplido el mágico momento los restablecieron a su condición original... Después de lo cual tornaron a seguir haciendo su camino por el bosque tenebroso de la vida; acompañados por la convicción de que en otro punto del bosque caminaba alguien con quien se sentían identificados porque compartían el mismo amor.

Sea el TNT de Villa El Salvador, entre arena y esteras, el claro de este tenebroso bosque que hoy es el Perú, donde intercambiemos ideas, sentimientos, decisiones, que nos permitan seguir caminando unidos en la distancia hacia el sueño común de hacer del teatro peruano un espacio de docencia de humanidad, de reflexión estética brindado al pueblo peruano por los hombres y mujeres que han hecho del teatro en nuestro país, su espacio de realización personal. Fraternalmente
Enesto Ráez Mendiola

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