viernes, 15 de agosto de 2008

Fabularias

I

Cantando estaba la hormiga, cuando la cigarra la increpó: ¡Trabaja en lo tuyo!
Avergonzada, la hormiga dejó de cantar. Y muy diligente se puso una miga a empujar.
Asintió la cigarra, sacó su guitarra y en lo suyo principió a trabajar.

II

No ensucies con tus patas el agua que bebo, dijo el lobo al cordero que, sobre el mismo arroyo, su sed abrevaba.
En primer lugar, replicó el cordero, la corriente baja hacia mí y usted está más arriba. En segundo, en la Escuela nos enseñan la fábula. Y, por último, siempre voy armado. Así que si quiere suicidarse...

III

Cuando el jumento se quitó la piel de león que le sirvió para subir al poder, nadie se atrevió a burlarse.
Para entonces, ya contaba su gobierno democrático con fuerzas armadas, policía nacional y el pleno apoyo de los Estados Unidos.

IV

La aguja por cuyo ojo pasó el camello no sirvió nunca para coser. Pero, los ángeles marqueteros lograron copar en el Cielo todas las habitaciones de los hoteles cinco estrellas.

V

Luego de matar a la zorra el hombre arrancó el racimo de uvas y las lavó en un arroyo cercano. Mas, no pudo comerlas.
De veras están verdes, comentó contrariado, mientras las tiraba.

VI

El cuervo, con un queso en el pico, escuchaba a la zorra alabar su hermosa voz. ¿ Te imaginas que voy a caer tontamente en tus viejas artimañas?, vociferó. No soy vanidoso.
Pero sí , energúmeno. Sentenció la zorra, antes de alejarse con el queso que el irascible cuervo había dejado caer.

VII

Esta vez la lechera no pensó qué haría con las ganancias. Antes bien, prudentemente se puso a estudiar el mercado, para obtener mayores beneficios. Pues, había aprendido a soñar con los pies en la tierra.
Fue así como llegó a ser la primera mujer presidente del Directorio de Nestlé.

VIII

El clonado cyborg de Esopo, modelo siglo XXV, se quitó el casco de compras y mostró a su dueño lo mejor y lo peor que había encontrado en el mercado virtual: el recién lanzado MDEM Fast light.*
(* Microdisco de Método de Inglés liviano acelerado).

IX

Magullados, lacerados, deformados se arrastraban famélicos los mansos sobre la árida tierra calcinada que habían heredado.

X

Caín no mató a Abel. Simplemente cercó sus plantaciones impidiendo la entrada del ganado de su hermano.
Abel y su rebaño tuvieron que emigrar a otros pastizales.
Y no hubo más pacto con Dios al este del Paraíso.

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