viernes, 22 de agosto de 2008

Epístola de cocodrilo a Hombre Uno

A un año de su ausencia.
Leída en El Ekeko, el 13 de Febrero de 1996

Entrañable hombre uno:
¿Recuerdas cuando te preocupaba hasta qué edad viviríamos los cocodrilos?...
Ahora que viajas tranquilo eternamente, sabrás ya que los cocodrilos sobrevivimos a los hombres porque cambiamos de piel al ritmo de los tiempos.
Por siempre en tus neuronas.
Tu amigo
cocodrilo
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Invocación convocatoria

Permíteme, hombre uno, en esta noche de presencias, asumir tus palabras como mías, para entonar muy quedo una balada de recuerdos. Y amengua tu dureza, tu implacable aversión a los críticos y exégetas. Pues, no es mi intención fungir de comentarista de tu obra poética. No voy,por consiguiente a desvirtuar tu condición de elegido,dueño conciente -ahora para siempre- de tus propias emociones y de tu locura dirigida.
En esta noche, de amical escapatoria, considérate libre de exégetas y buitres disfrazados. Aún no es carroña tu poesía. La vigencia vital de sus ecos proclaman de su lozanía. No la opinión de los críticos, ausentes, al presente, del festín.
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1. No he venido a hablar con tu silencio

Dicen que has muerto. Nunca vi tu cadáver. Ni asistí a tu velorio. Y como muy de vez en cuando te veía,nada aún me confirma la noticia. Y, en realidad, no sé qué de importante tendría el confirmarla...
En este conciliábulo amistoso que invoca tu presencia en su memoria estás aquí "antiguo de los ojos tristes que -presiento- aún sigues ignorando por qué lloras. Estás aquí tú que pedías poco desde que dejaste de ser niño.
No he venido a hablar,pues, con tu silencio, hoy que es panal nuestro cerebro de tu inquietante zumbar. Estoy aquí para abrir una ventana por donde nos invada a raudales tu grito de luz.
Hombre uno, en esta noche de caminos, puedes volver por ti, conductor de ternuras, señor de desmesuras, enamorado insigne de lo extremo.
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2. Amical discrepancia

En agrupada marcha de descalzos viajando,viajando,tal vez desembocaremos ahí. Ahí, donde mancos,cojos y jodidos buscan espejos porque quieren ser bellos; a pesar de que les robaron su estrella y de que en Lima se morirán porque París no existe para ellos...
Sin embargo -concédeme amical discrepancia- no morirán llorando... renacerán cantando el día de la paz.
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3. Vanidad de vanidades y todo vanidad

Fue conmovedor cuando escribiste a todos que hacía muchos años que vivíamos juntos en tácito convenio de silencio a silencio, sin más firma que un trago en el Haití de Miraflores...donde a veces regreso a sentarme a tu mesa.
Y acepto tu reproche porque reconozco que, en más de una ocasión, te traté como a un niño caprichoso. Y has de saber que nunca me ofendió el que me hablaras de lo que tú llamabas mis torpezas. Muchas,nunca te diste cuenta, más que humanas torpezas eran habilidades de hidrosaurio...De hidrosabio me tienta a decir la vanidad.
También el Eclesiastés habló para los cocodrilos... Y, al igual que hombre uno, cocodrilo prefiere ignorarlo.
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4. Testimonio

Abre bien los ojos debajo del agua. Tú que tomaste partido por la lucidez, contando los días que faltaban para el año dos mil. No llevarás más tu cerebro de contrabando. Todos los que permanecemos tus amigos damos testimonio de tu libre albedrío intelectual,de tus libros...tus huellas...tus hijos y los hijos de tus hijos...
Estamos aquí reunidos para cautelar que ninguna de las informaciones que portan tus neuronas (que de haber muerto verdaderamente hoy habrían abandonado tu cráneo) se archivan en el vacío universal.
Ahora que frisarás por toda la eternidad 56 años y un día.
Ahora que te has instalado en la exacta verdad de la piedra.
Ahora que formas parte de la ronda de los niños marcianos.
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5. Carmen

Cuando definitivamente has comprendido que no se trata más de sexo ni de establecer las categorías de la comunicación humana, muda tu piel, hombre uno, y retorna.
Vuelve esta noche de caminos, con el apremio neuronal de tu inmarcesible lucidez, a este Perú nuestro de cada día, a este tu Perú que conocías mejor que a ti mismo.
A ésta que finalmente fue tu patria,aun hostil y desconfiada. Puerto donde sellaron con doble hilera de tornillos el arca que protegió a Noé del diluvio universal, que estableció la alianza con los dioses, el arca que guardará tus sueños de grandeza.
Vuelve a juzgar,antes del juicio final, en nombre del humano humanismo, la relación entre el instante que te tocó vivir y el infinito; y así, con los conocimientos adquiridos, con la sabiduría de los que se han reintegrado a la Gran Energía Universal, haz un atado de valores sacrosantos y con los píes descalzos inicia tu viaje por la eternidad. Señor de la desmesura con alma de niño vuelve a hollar el verdaderamente desmesurado camino que se te ofrece nunca más esquivo. Vuelve a la tierra madre para que te seques el sudor de la frente con sus muslos y, en la intimidad del infinito, sumérgete en el líquido amniótico de su cósmico vientre para renacer nuevamente copulando a la vida, a la tierra madre.
amén, Carmen, amén.
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Post Data

Los cocodrilos hidrosabios sobrevivimos a los hombres unidimensionales porque creemos en el amor omnidimensional. Y no es que Einstein se equivocara, simplemente era un hombre del Siglo XX. Aunque debita en su contra el saberse que ya los hombres de las cavernas conocían que el amor supera la velocidad de la luz, como todavía se puede leer en las líneas de Nazca.

Los que tengan oídos de oir no se asombren si luego de leer esta epístola pareciera llegar nítidamente el reir de los niños de una ronda marciana.

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